
Statement of Bishop Peter F. Christensen March 13, 2025
Idaho’s firing squad bill (House Bill 37) was signed into law Wednesday, raising moral and ethical concerns.
As we are reminded by sacred scripture (c.f., Jn 8:7), Christians are called to oppose the culture of death, whether the death penalty is carried out by lethal injection, firing squad, or any other form of capital punishment. Jesus said, "Blessed are the merciful, for they will be shown mercy” (Mt 5:7). In light of the Gospel of mercy and hope, our response to the death penalty is not based on what the condemned have done, but who we are in Christ.
The Catholic Church recognizes that it is the right and duty of every government to maintain law and order. While doing so, the sanctity of life and the dignity of every human being must also be safeguarded.
The U.S. Conference of Catholic Bishops (USCCB) noted in their document “Life Matters: A Catholic Response to the Death Penalty” that “For people committed to upholding the sanctity of human life, the death penalty can present a challenge. Properly understood, however, Catholic teaching against the death penalty is both persuasive and eminently pro-life.”
The USCCB document explains that Christians, conscious of their brokenness and need for redemption, believe and hope in a merciful and loving God who calls all to imitate Him more perfectly by witnessing to the inherent dignity of every human being.
As the Catechism of the Catholic Church makes clear, there is an increasing awareness that a person's dignity is not lost even after committing grave crimes. More effective systems of detention have been developed, ensuring the protection of citizens while avoiding definitively depriving the guilty of the possibility of redemption. The Church teaches in the light of the Gospel that the death penalty is inadmissible because it is an attack on the inviolability and dignity of the person, and the Church works with determination for its abolition worldwide (CCC 2267).
Whether we live in Idaho or anywhere else in the world, Catholics need to stand firm on the Gospel we preach. Therefore, we oppose this means of execution and every other form of capital punishment. We are people who strive to promote redemption and peace.
Sincerely Yours in Christ,

Bishop Peter F. Christensen
Bishop Peter Christensen, M.A., D.D.
Roman Catholic Diocese of Boise
1501 S. Federal Way, Suite 400
Boise, Idaho 83705
Declaración del Obispo Peter F. Christensen 13 de marzo, 2025
El proyecto de ley sobre el pelotón de fusilamiento de Idaho (House Bill 37) se convirtió en ley el miércoles, suscitando preocupaciones morales y éticas.
Como nos recuerdan las Sagradas Escrituras (c.f., Jn 8:7), los cristianos están llamados a oponerse a la cultura de la muerte, ya sea que la pena de muerte se lleve a cabo mediante inyección letal, pelotón de fusilamiento o cualquier otra forma de pena capital. Jesús dijo: “Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos recibirán misericordia” (Mt 5,7). A la luz del Evangelio de la misericordia y la esperanza, nuestra respuesta a la pena de muerte no se basa en lo que han hecho los condenados, sino en lo que somos en Cristo.
La Iglesia Católica reconoce que es derecho y deber de todo gobierno mantener la ley y el orden. Al hacerlo, también deben salvaguardarse la santidad de la vida y la dignidad de todo ser humano. La Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB) señaló en su documento “La vida importa: Una respuesta católica a la pena de muerte” que para las personas comprometidas con la defensa de la santidad de la vida humana, la pena de muerte puede suponer un reto. Sin embargo, bien entendida, la enseñanza católica contra la pena de muerte es persuasiva y eminentemente provida”.
El documento de la USCCB explica que los cristianos, conscientes de su quebrantamiento y necesidad de redención, creen y esperan en un Dios misericordioso y amoroso que llama a todos a imitarle más perfectamente dando testimonio de la dignidad inherente a todo ser humano.
Como deja claro el Catecismo de la Iglesia Católica, cada vez hay más conciencia de que la dignidad de una persona no se pierde ni siquiera después de cometer delitos graves. Se han desarrollado sistemas de detención más eficaces, que garantizan la protección de los ciudadanos, evitando al mismo tiempo privar definitivamente a los culpables de la posibilidad de redención. La Iglesia enseña a la luz del Evangelio que la pena de muerte es inadmisible porque atenta contra la inviolabilidad y la dignidad de la persona, y trabaja con determinación por su abolición en todo el mundo (CIC 2267).
Tanto si vivimos en Idaho como en cualquier otra parte del mundo, los católicos debemos mantenernos firmes en el Evangelio que predicamos. Por lo tanto, nos oponemos a este medio de ejecución y a cualquier otra forma de pena capital. Somos personas que se esfuerzan por promover la redención y la paz.
Sinceramente suyo en Cristo,

Bishop Peter F. Christensen
Bishop Peter Christensen, M.A., D.D.
Roman Catholic Diocese of Boise
1501 S. Federal Way, Suite 400
Boise, Idaho 83705